viernes, 20 de abril de 2012

El próximo lunes, día 23 de abril, comienza la XCIX Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española

La próxima semana, del 23 al 27 de abril, tendrá lugar en la Casa de la Iglesia, en Madrid, la XCIX reunión de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

El Arzobispo de Madrid y Presidente de la CEE, Cardenal Antonio Mª Rouco Varela, abrirá la Asamblea a las 11,00 horas del lunes, día 23, con el discurso inaugural. Después intervendrá el Nuncio Apostólico en España, Mons. D. Renzo Fratini.

Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española
Uno de los temas del orden del día será el nuevo Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española. El documento gira en torno a la nueva evangelización e integra temas referentes a la Pastoral Juvenil, el Doctorado de San Juan de Ávila y el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. El texto ha sido revisado por la Comisión Permanente y pasa a la Plenaria para su estudio y eventual aprobación.

Mensaje con motivo de la Declaración del Doctorado de San Juan de Ávila
Los obispos también podrían aprobar un Mensaje con motivo de la Declaración del Doctorado de San Juan de Ávila.
El pasado 20 de agosto, al finalizar la Eucaristía con seminaristas de todo el mundo en la Catedral de Santa María la Real de la Almudena, dentro de los actos programados con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011, el Papa Benedicto XVI anunció que “próximamente” San Juan de Ávila será proclamado Doctor de la Iglesia Universal.

Otros documentos
Los obispos estudiarán otros dos documentos titulados “La verdad del amor humano”, que presenta la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar y “Vocaciones sacerdotales para el Siglo XXI” que ha trabajado la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades.
La Comisión Episcopal de Liturgia presentará para su aprobación los Leccionarios Básicos para el año Litúrgico 2012-2013 (III, IV y VII), que incorporan la traducción renovada de la Sagrada Biblia. Versión oficial de la CEE. También está prevista la aprobación de las intenciones de la Conferencia Episcopal por las que reza el Apostolado de la Oración para el año próximo.

Congresos de Pastoral Juvenil y Hospitalaria
Los obispos recibirán información y, en su caso, aprobarán la celebración de dos congresos: uno sobre Pastoral Juvenil y el otro dedicado a la Pastoral Hospitalaria.

Otros temas del orden del día
En la Plenaria se informará también sobre diversos asuntos de seguimiento y sobre las actividades de las distintas Comisiones Episcopales, además de la aprobación de Asociaciones Nacionales.
La Concelebración eucarística acostumbrada en todas las Asambleas tendrá lugar el miércoles día 23 a las 12,45 h. en la Capilla de la Sucesión Apostólica de la Conferencia Episcopal Española.

(Fuente: Conferencia Episcopal Española)

Charla Pascual

La Agrupación Arciprestal de Cofradías y Hermandades de Baeza, organiza una Charla Pascual a cargo de D. José Molto Jurado Capellán del Convento de San Antonio.



Viernes 20 de Abril a las 21´00 horas en la sede de la Agrupación.

lunes, 16 de abril de 2012

Cumpleaños Santo Padre

Reproducimos la felicitación que nuestra hermandad ha enviado al Santo Padre, con motivo de su 85 Aniversario:

Desde la Cofradía de la Sagrada Oración de Nuestro Señor Jesucristo en el Huerto de los Olivos y María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos nos unimos al resto de los católicos del mundo para felicitar al Santo Padre en su Cumpleaños.




Igualmente, nos ponemos a su servicio para cuánto nos solicité y necesité.

domingo, 15 de abril de 2012

Nuestro Obispo nos felicita la Pascua.

Muy queridos fieles diocesanos:

     1. Resucitó al tercer día, como lo había dicho: ¡Venció la vida! La voz fue corriendo por Jerusalén: ¡Resucitó al Señor!, y el eco resonó por toda Galilea y Judea. Muy pronto llegó a Grecia, a Roma, a España, a Jaén.
      Después de veinte siglos el hecho se conoce en los cinco continentes y, con la misma fuerza que en los primeros días, continúa resonando en nuestros templos, en nuestras casas y calles, en pueblos y ciudades.
      Los cristianos siempre seremos, en cada época, los “hombres nuevos de la Pascua”. Por eso nos felicitamos con el regocijo y alegría que nos une y que brota del Señor Resucitado.
     Conscientes de que somos herederos de incontables comunidades de cristianos que nos precedieron en la misma fe, recibimos el mensaje, siempre actual, de la Resurrección de Jesucristo que viviremos especialmente durante cincuenta días, transmitiéndole a las nuevas generaciones y no guardándonos su luz debajo del celemín.

     2. Queremos felicitar, de forma especial en esta Pascua, como Iglesia diocesana: a los recién bautizados en la Vigilia y cincuentenario pascual. Compartimos la alegría de los niños y catecúmenos con sus padres y comunidades parroquiales.
Felicitamos y animamos a los padres de los primeros por solicitar el Bautismo para sus hijos al poco tiempo de su nacimiento y, a los segundos, por querer iniciar su vida de cristianos e incorporarse a la comunidad de la Iglesia para seguirle a Jesús como amigo y maestro.


     3. Deseo manifestar mi preocupación ante todos los fieles diocesanos: sobre todo padres, sacerdotes y catequistas, porque aumenta el número, cada año, del porcentaje de niños y niñas sin bautizar en edad escolar y en otras edades.
En muchos casos son los propios niños los que piden a la Iglesia bautizarse, al ver que sus compañeros de colegio van a la catequesis parroquial y se preparan para la Primera Comunión. En otros, son los padres los que toman la iniciativa o, ya mayores, son ellos mismos los que solicitan incorporarse a la Iglesia por diversos motivos.

     4. Todo ello debe llevarnos a esta pregunta: ¿qué espera Dios de nosotros?
     Tenemos todos una importante responsabilidad. Los mismos niños y niñas, sus padres, sus sacerdotes, y toda la comunidad parroquial y diocesana.
     Invito a todos como compromiso a adoptar una preocupación y respuesta activa y acogedora, sin esperar sólo en los despachos parroquiales. La Nueva    Evangelización va mucho más lejos a favor de una acogida personal y organizada por parte de todos.
     ¡Con qué alegría se acercan los nuevos catecúmenos a las aguas bautismales! Son expresión viva de la nueva vida de resucitados. Nos alegraron con ellos y pedimos su perseverancia.
     Feliz Pascua para ellos y para todos los diocesanos.        
     +RAMÓN DEL HOYO LÓPEZ, OBISPO DE JAÉN

viernes, 13 de abril de 2012

San Juan de Ávila vuelve a Baeza 472 años después


















El Pasado Lunes Santo, las reliquias del próximo Doctor de la Iglesia, San Juan de Ávila, nos visitaron. Han pasado 472 años desde que nuestro santo nos dejó

Y así fue recibido con todos los honores en la Capilla de su universidad, dónde fue recibido por las instituciones civiles, religiosas y militares y por la hermandad de Las Escuelas, de la que es titular.

Por la noche las reliquias formaron parte del cortejo penitencial de nuestra querida hermandad estudiantil; al día siguiente, en procesión, fueron trasladadas hasta la Santa Iglesia Catedral para presidir la Misa Crismal oficiada por nuestro obispo diocesano, D.Ramón del Hoyo. 

A continuación, reproducimos un artículo que desde la Postulación de la Causa del Doctorado de San Juan de Ávila de la Conferencia Episcopal Española nos han remitido para su divulgación entre todos nuestros fieles. 

baeza-crismal.1

“Hoy, 472 años después, el Maestro Juan de Ávila vuelve, a través de sus veneradas reliquias a la Ciudad en la que dejó una parte importante de su obra. Volverá a recorrer las mismas calles que en el siglo XVI sintieron sus pisadas, oyeron sus predicaciones, fueron testigos del laborar apasionado en pro de su Universidad.

Bienvenido, Maestro, a la ciudad que tanto te debe. Bienvenido San Juan de Ávila entre estas gentes de Baeza a las que diste sin medida fe, amor y educación” Así comenzaba, el pasado lunes 2 de abril, D. Leocadio Marín, Alcalde de Baeza –Jaén-, sus palabras de bienvenida a las reliquias de San Juan de Ávila que llegaban desde el santuario de Montilla –Córdoba-.

Junto al Excmo. Ayuntamiento daban la bienvenida a las reliquias el clero de la ciudad con el Deán de la S.I.C., la agrupación arciprestal de cofradías, la Junta de gobierno de la Hermandad penitencial del Santísimo Cristo de la Misericordia, Mª Santísima Madre de Dios y San Juan de Ávila, autoridades locales y buen número de baezanos que, como en otro tiempo estaban ansiosos por el reencuentro.


Para Baeza esta visita de 2012 tampoco ha pasado desapercibida. Las palabras con las que J. García Checa concluía, en Canal 9laLoma, la retransmisión del paso procesional del Santísimo Cristo de la Misericordia, en la noche del lunes santo, son bien elocuentes: “Noche histórica la que se vivió en Baeza este lunes santo. Noche histórica, el santo, próximo doctor de la Iglesia, San Juan de Ávila volviendo a recorrer las calles de la ciudad de Baeza, llevando de nuevo el mensaje cristiano a todos los baezanos al igual que había ocurrido hace ya muchos años”

baeza.crismal.2El Cristo de las Escuelas, como se conoce familiarmente a esta talla del s. XVI, titular de la Hermandad penitencial del Santísimo Cristo de la Misericordia, Mª Santísima Madre de Dios y San Juan de Ávila, tiene su sede canónica en la capilla de San Juan Evangelista -capilla de la antigua Universidad baezana- y este lunes santo de 2012 haprocesionado intramuros de la ciudad precedido de las reliquias del santo Maestro Juan de Ávila, rodeado de niños, los “hermanos monaguillos” de la hermandad. 


jueves, 12 de abril de 2012

Homilía Santo Padre Benedicto XVI, Vigilia Pascual


HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Basílica Vaticana
Sábado Santo 7 de abril de 2012

¡Queridos hermanos y hermanas!


Pascua es la fiesta de la nueva creación. Jesús ha resucitado y no morirá de nuevo. Ha descerrajado la puerta hacia una nueva vida que ya no conoce ni la enfermedad ni la muerte. Ha asumido al hombre en Dios mismo. «Ni la carne ni la sangre pueden heredar el reino de Dios», dice Pablo en la Primera Carta a los Corintios (15,50). El escritor eclesiástico Tertuliano, en el siglo III, tuvo la audacia de escribir refriéndose a la resurrección de Cristo y a nuestra resurrección: «Carne y sangre, tened confianza, gracias a Cristo habéis adquirido un lugar en el cielo y en el reino de Dios» (CCL II, 994). Se ha abierto una nueva dimensión para el hombre. La creación se ha hecho más grande y más espaciosa. La Pascua es el día de una nueva creación, pero precisamente por ello la Iglesia comienza la liturgia con la antigua creación, para que aprendamos a comprender la nueva. Así, en la Vigilia de Pascua, al principio de la Liturgia de la Palabra, se lee el relato de la creación del mundo. En el contexto de la liturgia de este día, hay dos aspectos particularmente importantes. En primer lugar, que se presenta a la creación como una totalidad, de la cual forma parte la dimensión del tiempo. Los siete días son una imagen de un conjunto que se desarrolla en el tiempo. Están ordenados con vistas al séptimo día, el día de la libertad de todas las criaturas para con Dios y de las unas para con las otras. Por tanto, la creación está orientada a la comunión entre Dios y la criatura; existe para que haya un espacio de respuesta a la gran gloria de Dios, un encuentro de amor y libertad. En segundo lugar, que en la Vigilia Pascual, la Iglesia comienza escuchando ante todo la primera frase de la historia de la creación: «Dijo Dios: “Que exista la luz”» (Gn 1,3). Como una señal, el relato de la creación inicia con la creación de la luz. El sol y la luna son creados sólo en el cuarto día. La narración de la creación los llama fuentes de luz, que Dios ha puesto en el firmamento del cielo. Con ello, los priva premeditadamente del carácter divino, que las grandes religiones les habían atribuido. No, ellos no son dioses en modo alguno. Son cuerpos luminosos, creados por el Dios único. Pero están precedidos por la luz, por la cual la gloria de Dios se refleja en la naturaleza de las criaturas.

¿Qué quiere decir con esto el relato de la creación? La luz hace posible la vida. Hace posible el encuentro. Hace posible la comunicación. Hace posible el conocimiento, el acceso a la realidad, a la verdad. Y, haciendo posible el conocimiento, hace posible la libertad y el progreso. El mal se esconde. Por tanto, la luz es también una expresión del bien, que es luminosidad y crea luminosidad. Es el día en el que podemos actuar. El que Dios haya creado la luz significa: Dios creó el mundo como un espacio de conocimiento y de verdad, espacio para el encuentro y la libertad, espacio del bien y del amor. La materia prima del mundo es buena, el ser es bueno en sí mismo. Y el mal no proviene del ser, que es creado por Dios, sino que existe sólo en virtud de la negación. Es el «no».

En Pascua, en la mañana del primer día de la semana, Dios vuelve a decir: «Que exista la luz». Antes había venido la noche del Monte de los Olivos, el eclipse solar de la pasión y muerte de Jesús, la noche del sepulcro. Pero ahora vuelve a ser el primer día, comienza la creación totalmente nueva. «Que exista la luz», dice Dios, «y existió la luz». Jesús resucita del sepulcro. La vida es más fuerte que la muerte. El bien es más fuerte que el mal. El amor es más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira. La oscuridad de los días pasados se disipa cuando Jesús resurge de la tumba y se hace él mismo luz pura de Dios. Pero esto no se refiere solamente a él, ni se refiere únicamente a la oscuridad de aquellos días. Con la resurrección de Jesús, la luz misma vuelve a ser creada. Él nos lleva a todos tras él a la vida nueva de la resurrección, y vence toda forma de oscuridad. Él es el nuevo día de Dios, que vale para todos nosotros.

Pero, ¿cómo puede suceder esto? ¿Cómo puede llegar todo esto a nosotros sin que se quede sólo en palabras sino que sea una realidad en la que estamos inmersos? Por el sacramento del bautismo y la profesión de la fe, el Señor ha construido un puente para nosotros, a través del cual el nuevo día viene a nosotros. En el bautismo, el Señor dice a aquel que lo recibe: Fiat lux, que exista la luz. El nuevo día, el día de la vida indestructible llega también para nosotros. Cristo nos toma de la mano. A partir de ahora él te apoyará y así entrarás en la luz, en la vida verdadera. Por eso, la Iglesia antigua ha llamado al bautismo photismos, iluminación.

¿Por qué? La oscuridad amenaza verdaderamente al hombre porque, sí, éste puede ver y examinar las cosas tangibles, materiales, pero no a dónde va el mundo y de dónde procede. A dónde va nuestra propia vida. Qué es el bien y qué es el mal. La oscuridad acerca de Dios y sus valores son la verdadera amenaza para nuestra existencia y para el mundo en general. Si Dios y los valores, la diferencia entre el bien y el mal, permanecen en la oscuridad, entonces todas las otras iluminaciones que nos dan un poder tan increíble, no son sólo progreso, sino que son al mismo tiempo también amenazas que nos ponen en peligro, a nosotros y al mundo. Hoy podemos iluminar nuestras ciudades de manera tan deslumbrante que ya no pueden verse las estrellas del cielo. ¿Acaso no es esta una imagen de la problemática de nuestro ser ilustrado? En las cosas materiales, sabemos y podemos tanto, pero lo que va más allá de esto, Dios y el bien, ya no lo conseguimos identificar. Por eso la fe, que nos muestra la luz de Dios, es la verdadera iluminación, es una irrupción de la luz de Dios en nuestro mundo, una apertura de nuestros ojos a la verdadera luz.

Queridos amigos, quisiera por último añadir todavía una anotación sobre la luz y la iluminación. En la Vigilia Pascual, la noche de la nueva creación, la Iglesia presenta el misterio de la luz con un símbolo del todo particular y muy humilde: el cirio pascual. Esta es una luz que vive en virtud del sacrificio. La luz de la vela ilumina consumiéndose a sí misma. Da luz dándose a sí misma. Así, representa de manera maravillosa el misterio pascual de Cristo que se entrega a sí mismo, y de este modo da mucha luz. Otro aspecto sobre el cual podemos reflexionar es que la luz de la vela es fuego. El fuego es una fuerza que forja el mundo, un poder que transforma. Y el fuego da calor. También en esto se hace nuevamente visible el misterio de Cristo. Cristo, la luz, es fuego, es llama que destruye el mal, transformando así al mundo y a nosotros mismos. Como reza una palabra de Jesús que nos ha llegado a través de Orígenes, «quien está cerca de mí, está cerca del fuego». Y este fuego es al mismo tiempo calor, no una luz fría, sino una luz en la que salen a nuestro encuentro el calor y la bondad de Dios.

El gran himno del Exsultet, que el diácono canta al comienzo de la liturgia de Pascua, nos hace notar, muy calladamente, otro detalle más. Nos recuerda que este objeto, el cirio, se debe principalmente a la labor de las abejas. Así, toda la creación entra en juego. En el cirio, la creación se convierte en portadora de luz. Pero, según los Padres, también hay una referencia implícita a la Iglesia. La cooperación de la comunidad viva de los fieles en la Iglesia es algo parecido al trabajo de las abejas. Construye la comunidad de la luz. Podemos ver así también en el cirio una referencia a nosotros y a nuestra comunión en la comunidad de la Iglesia, que existe para que la luz de Cristo pueda iluminar al mundo.

Roguemos al Señor en esta hora que nos haga experimentar la alegría de su luz, y pidámosle que nosotros mismos seamos portadores de su luz, con el fin de que, a través de la Iglesia, el esplendor del rostro de Cristo entre en el mundo (cf. Lumen gentium, 1). Amén.