viernes, 30 de enero de 2015

Noticias Misericordia


"EL LLAMADOR DE BAEZA" LA PASIÓN EN TU MÓVIL


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martes, 27 de enero de 2015

Mensaje de S.S. Francisco para la Cuaresma 2015

Queridos Hermanos/as en Cristo de la Oración y su Bendita Madre del Rosario.

Os hacemos llegar el Mensaje de la Cuaresma del Santo Padre Francisco, es un gran documento para preparar nuestro espíritu de cara a la próxima Cuaresma, os recomendamos su lectura.

 
MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA CUARESMA 2015

Fortalezcan sus corazones (St 5,8)

Queridos hermanos y hermanas:
La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2 Co 6,2). Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes: «Nosotros amemos a Dios porque él nos amó primero» (1 Jn 4,19). Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos. Cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen… Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos.
Cuando el pueblo de Dios se convierte a su amor, encuentra las respuestas a las preguntas que la historia le plantea continuamente. Uno de los desafíos más urgentes sobre los que quiero detenerme en este Mensaje es el de la globalización de la indiferencia.
La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también para los cristianos. Por eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito de los profetas que levantan su voz y nos despiertan.
Dios no es indiferente al mundo, sino que lo ama hasta el punto de dar a su Hijo por la salvación de cada hombre. En la encarnación, en la vida terrena, en la muerte y resurrección del Hijo de Dios, se abre definitivamente la puerta entre Dios y el hombre, entre el cielo y la tierra. Y la Iglesia es como la mano que tiene abierta esta puerta mediante la proclamación de la Palabra, la celebración de los sacramentos, el testimonio de la fe que actúa por la caridad (cf. Ga 5,6). Sin embargo, el mundo tiende a cerrarse en sí mismo y a cerrar la puerta a través de la cual Dios entra en el mundo y el mundo en Él. Así, la mano, que es la Iglesia, nunca debe sorprenderse si es rechazada, aplastada o herida.
El pueblo de Dios, por tanto, tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y para no cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres pasajes para meditar acerca de esta renovación.
1. «Si un miembro sufre, todos sufren con él» (1 Co 12,26) – La Iglesia
La caridad de Dios que rompe esa cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece la Iglesia con sus enseñanzas y, sobre todo, con su testimonio. Sin embargo, sólo se puede testimoniar lo que antes se ha experimentado. El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y misericordia, que lo revista de Cristo, para llegar a ser como Él, siervo de Dios y de los hombres. Nos lo recuerda la liturgia del Jueves Santo con el rito del lavatorio de los pies. Pedro no quería que Jesús le lavase los pies, pero después entendió que Jesús no quería ser sólo un ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros. Este servicio sólo lo puede hacer quien antes se ha dejado lavar los pies por Cristo. Sólo éstos tienen “parte” con Él (Jn 13,8) y así pueden servir al hombre.
La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en particular la Eucaristía. En ella nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En él no hay lugar para la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones. Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los demás. «Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es honrado, todos se alegran con él» (1 Co 12,26).
La Iglesia es communio sanctorum porque en ella participan los santos, pero a su vez porque es comunión de cosas santas: el amor de Dios que se nos reveló en Cristo y todos sus dones. Entre éstos está también la respuesta de cuantos se dejan tocar por ese amor. En esta comunión de los santos y en esta participación en las cosas santas, nadie posee sólo para sí mismo, sino que lo que tiene es para todos. Y puesto que estamos unidos en Dios, podemos hacer algo también por quienes están lejos, por aquellos a quienes nunca podríamos llegar sólo con nuestras fuerzas, porque con ellos y por ellos rezamos a Dios para que todos nos abramos a su obra de salvación.
2. «¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9) – Las parroquias y las comunidades
Lo que hemos dicho para la Iglesia universal es necesario traducirlo en la vida de las parroquias y comunidades. En estas realidades eclesiales ¿se tiene la experiencia de que formamos parte de un solo cuerpo? ¿Un cuerpo que recibe y comparte lo que Dios quiere donar? ¿Un cuerpo que conoce a sus miembros más débiles, pobres y pequeños, y se hace cargo de ellos? ¿O nos refugiamos en un amor universal que se compromete con los que están lejos en el mundo, pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada? (cf. Lc 16,19-31).
Para recibir y hacer fructificar plenamente lo que Dios nos da es preciso superar los confines de la Iglesia visible en dos direcciones.
En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la oración. Cuando la Iglesia terrenal ora, se instaura una comunión de servicio y de bien mutuos que llega ante Dios. Junto con los santos, que encontraron su plenitud en Dios, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la indiferencia. La Iglesia del cielo no es triunfante porque ha dado la espalda a los sufrimientos del mundo y goza en solitario. Los santos ya contemplan y gozan, gracias a que, con la muerte y la resurrección de Jesús, vencieron definitivamente la indiferencia, la dureza de corazón y el odio. Hasta que esta victoria del amor no inunde todo el mundo, los santos caminan con nosotros, todavía peregrinos. Santa Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia, escribía convencida de que la alegría en el cielo por la victoria del amor crucificado no es plena mientras haya un solo hombre en la tierra que sufra y gima: «Cuento mucho con no permanecer inactiva en el cielo, mi deseo es seguir trabajando para la Iglesia y para las almas» (Carta 254,14 julio 1897).
 También nosotros participamos de los méritos y de la alegría de los santos, así como ellos participan de nuestra lucha y nuestro deseo de paz y reconciliación. Su alegría por la victoria de Cristo resucitado es para nosotros motivo de fuerza para superar tantas formas de indiferencia y de dureza de corazón.
Por otra parte, toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados. La Iglesia por naturaleza es misionera, no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres.
Esta misión es el testimonio paciente de Aquel que quiere llevar toda la realidad y cada hombre al Padre. La misión es lo que el amor no puede callar. La Iglesia sigue a Jesucristo por el camino que la lleva a cada hombre, hasta los confines de la tierra (cf. Hch 1,8). Así podemos ver en nuestro prójimo al hermano y a la hermana por quienes Cristo murió y resucitó. Lo que hemos recibido, lo hemos recibido también para ellos. E, igualmente, lo que estos hermanos poseen es un don para la Iglesia y para toda la humanidad.
Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia.
3. «Fortalezcan sus corazones» (St 5,8) – La persona creyente
También como individuos tenemos la tentación de la indiferencia. Estamos saturados de noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer para no dejarnos absorber por esta espiral de horror y de impotencia?
En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia terrenal y celestial. No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se celebre en toda la Iglesia —también a nivel diocesano—, en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta necesidad de la oración.
En segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las personas cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de caridad de la Iglesia. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad.
Y, en tercer lugar, el sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos. Si pedimos humildemente la gracia de Dios y aceptamos los límites de nuestras posibilidades, confiaremos en las infinitas posibilidades que nos reserva el amor de Dios. Y podremos resistir a la tentación diabólica que nos hace creer que nosotros solos podemos salvar al mundo y a nosotros mismos.
Para superar la indiferencia y nuestras pretensiones de omnipotencia, quiero pedir a todos que este tiempo de Cuaresma se viva como un camino de formación del corazón, como dijo Benedicto XVI (Ct. enc. Deus caritas est, 31). Tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil. Quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva, un corazón pobre, que conoce sus propias pobrezas y lo da todo por el otro.
Por esto, queridos hermanos y hermanas, deseo orar con ustedes a Cristo en esta Cuaresma: “Fac cor nostrum secundum Cor tuum”: “Haz nuestro corazón semejante al tuyo” (Súplica de las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús). De ese modo tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la globalización de la indiferencia.
Con este deseo, aseguro mi oración para que todo creyente y toda comunidad eclesial recorra provechosamente el itinerario cuaresmal, y les pido que recen por mí. Que el Señor los bendiga y la Virgen los guarde.

Vaticano, 4 de octubre de 2014
Fiesta de san Francisco de Asís
Franciscus
 NON MEA VOLVNTAS SED TVA FIAT

domingo, 18 de enero de 2015

Cartel Oficial de la Semana Santa de Baeza 2015


PRESENTADO EL CARTEL DE LA SEMANA SANTA DE BAEZA 2015


Foto: Tornero Fotógrafos.


En la tarde noche de ayer asistíamos en el teatro Montemar a la presentación del Cartel de la Semana Santa de Baeza 2015.


El cartel recoge una magnífica instantánea de Ntro. Padre Jesús Resucitado que en la mañana del pasado Domingo de Resurrección fotografiaba por la calle del Rojo el joven baezano D. Antonio J. García que ha resultado ganador de la última edición del Concurso fotográfico del cartel de Semana Santa de nuestra ciudad que organiza la Agrupación Arciprestal de CC. y HH. de Baeza


Comenzaba el acto con una oración por el eterno descanso del alma del querido D. Juan Párraga Barranco, que mantenía su sitio reservado por una rosa blanca, oración que fue dirigida por el consiliario de la Agrupación D. Domingo Antonio Pérez Fernández.


A continuación se descubría el cartel que anunciará al mundo entero la Semana Santa de nuestra ciudad a cargo de su autor que agradecía este reconocimiento con unas muy emotivas palabras.


Doña Nieves Romero Ortega era la encargada de la presentación del cartel y nos invitaba a la contemplación y a profundizar tal principal Misterio para los cristianos como es la Resurrección de Ntro. Señor Jesucristo.


Para finalizar Dña. Irene Fernández y D.Javier Romero interpretaban magistralmente varias piezas musicales al piano y violonchelo respectivamente.


Por último destacar el soberbio y espectacular escenario con el que la Cofradía de Ntro. Padre Jesús Resucitado nos trasladó al sepulcro en el que Cristo venció a la muerte.

domingo, 11 de enero de 2015

Necrológica Cofradía de la Vera Cruz


Fallece nuestro hermano Antonio. Capataz de María Stma. de la Aurora.



En el día de ayer nos sorprendía la dolorosa perdida de nuestro querido capataz Antonio, que desde el año 2005 ha estado al frente del paso nuestra titular mariana, la Stma. Virgen de la Aurora.

Antonio, hermano comprometido con nuestra hermandad durante tantísimos años y formando parte de la Junta de gobierno durante otros tantos ya descansa ante la presencia de nuestro Señor Jesucristo esperando el día de la resurrección. La cofradía quiere mostrar sus condolencias y apoyo a la familia, compartiendo el dolor que sufre toda la familia Veracrucista.

El Entierro será hoy domingo 11 de enero en la parroquia de El Salvador a las 4:30 de la tarde. A continuación se trasladarán los restos mortales de Antonio a la Iglesia de Santa Cruz, ante nuestros sagrados Titulares se efectuará un responso para despedir a nuestro hermano.

Esta próxima Madrugada, Antonio guiará esos 40 costaleros y costaleras del paso de su querida Aurora, esta vez desde Cielo.



Dale Señor el descanso eterno
y brille para él la luz perpetua.
Descanse en Paz

miércoles, 7 de enero de 2015

Reunión e Igualá paso de María Santísima del Rosario



Queridos Hermanos/as en Cristo de la Oración y su Bendita Madre del Rosario.

El próximo sábado día 10 de Enero a las 17,30 horas en la Agrupación Arciprestal de Cofradías, el equipo de capataces del palio de Nuestra Señora del Rosario quiere mantener una reunión para las primeras mediciones, calendario de ensayos, teoría y forma de funcionar con nuestro capataz Pedro J. Montiel Sanchez.

Se ruega ser formales y puntualidad, entre todos llevaremos éste proyecto con gran ilusión.

Un saludo en Oración y Rosario.


domingo, 4 de enero de 2015

Comunicado



Queridos Hermanos en Cristo de la Oración y Su Santísima Madre del Rosario.

En nombre de la Junta de Gobierno ¡¡Feliz Año Nuevo!!

Os queremos comunicar que para el proximo sorteo del Niño, Nuestra Cofradía dispone de décimos para el sorteo que se celebrará el 6 de Enero.



También informamos que durante todo el año también jugamos Lotería todas las semanas, euromillón....... es otra forma de colaborar con Nuestra Cofradía.
Si estas interesado en colaborar de ésta manera, ponte en contacto con algún miembro de la Junta de Gobierno o a través del correo electrónico, nosotros mismos te lo acercaremos a tu domicilio.

Ya estamos empezando a coser túnicas, pues como bien sabes en breve solo saldran las túnicas de nueva hechura.
Los contactos para su confección son:
Ana Mari 953741854---638441851
Faustina 953742598----627054241
Ramoni 645141742
La túnica que deberán vestir los Hermanos en la Estación de Penitencia es la siguiente: túnica de sarga azul marino, con cíngulo blanco de seda rematado en borlas en los extremos. Capirote del mismo color con escudo Trinitario. Guantes blancos y calzado negro u oscuro. Se llevará la medalla de la Hermandad al cuello. Las túnicas saldrán confeccionadas de la propia Cofradía, queda terminantemente prohibido hacérselas por su cuenta.


La Junta de Gobierno esta dispuesta a que la misma sea modelo de orden y religiosidad conforme indica los benditos Estatutos de esta Hermandad.


Un saludo en Oración y Rosario.